Ser diseñador no sólo son problemas, también tiene sus ventajas. Los que nos dedicamos a esta profesión como autónomos gozamos también de privilegios.
- La ventaja de la libertad de horario.Lunes por la mañana: – ¿Te vienes a jugar al pádel? ¿Tú puedes o tienes trabajo? – Sí, yo voy, ya lo haré esta noche.
- La ventaja de la libertad de calendario vacacional.Mitad de marzo: – Estamos organizando una escapada ¿puedes cogerte unos días? – Claro, me organizo y me apunto.
- La ventaja de la crítica -Nuestro trabajo es visible y por tanto sujeto a la crítica y valoración de su público. Para bien o para mal es una ventaja tener un público que nos aplauda o que nos enseñe nuestros errores.
- La ventaja de la movilidad.- Este año me voy a pasar todo el verano en la playa. – ¿Y tu trabajo? – No hay problema, me llevo el equipo e Internet móvil.
- La ventaja de la realización profesional – El desempeño de esta profesión suele darnos grandes satisfacciones.
- La ventaja de la heterogeneidad. – Monotonía no es algo que acompañe al trabajo de un diseñador. Proyectos variados, retos continuos y siempre aprendiendo.
- La ventaja de poca inversión – Otras profesiones requieren de una inversión económica importante. Un diseñador freelance puede establecerse como tal sin desembolsar una gran cantidad. Equipo informático, conexión a Internet y poco más.
- La ventaja del reconocimiento – Los ególatras también tienen en esta profesión la ventaja de poder ver reconocido su trabajo. Otras profesionales pasan desgraciadamente desapercibidos a pesar de muchas veces generar más valor para la sociedad.
- La ventaja de la libertad de asociación – Puedes si quieres asociarte, montar un estudio pero también puedes trabajar solo
- La ventaja de la autopromoción – Un diseñador tiene las herramientas y conocimientos para promocionarse y crear su propio sitio web, papelería, campañas, redes sociales.
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